20 de marzo de 2013

Encuentro del Papa con delegaciones de otras Iglesias y Religiones (3)


El Papa Francisco mantiene el rumbo del ecumenismo


por Frédéric Mounier,
enviado especial en Roma para el periódico La Croix


Inscribiéndose en continuidad con sus predecesores, el Papa Francisco a recibido a las delegaciones de otras Iglesias y Comunidades eclesiales cristianas, del Islam, del Judaísmo y del Budismo.

Citando al Vaticano II y a Juan XXIII, el Papa insistió sobre el imperativo del diálogo y de la amistad en vistas del bien común.


Con el Papa Francisco, conviene estar atentos a los signos. Antes de su elección, había sido Ordinario para los fieles católicos de rito oriental residentes en Argentina y había mantenido excelentes relaciones con la comunidad judía. En su primera misa en Plaza San Pedro, se aseguró de dar un lugar destacado a las Iglesias de Oriente. Durante esta celebración, el Evangelio fue cantado exclusivamente en griego.

Pero, sobre todo, sobre la explanada de la Plaza estaba presente el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I. «Incluso antes del cisma del año 1054 (separación entre las Iglesias de Oriente y de Occidente), no ha habido presencia del patriarca de Constantinopla en la entronización de un Papa», ha indicado este último a una cadena turca de televisión. «Esto no ha sucedido ni antes ni después de 1054», subrayó el Patriarca, que tiene un primado de honor en el seno de la Ortodoxia. «Este gesto quiere manifestar la importancia que yo atribuyo a las relaciones amistosas entre las dos Iglesias», agregó.

Entrevista con el «número dos» del Patriarcado de Moscú

La mañana del miércoles 20 de marzo, a las 11.30 h., el Papa Francisco ha recibido en una entrevista individual a Bartolomé I durante más de media hora. Después, se entrevistó también con el metropolita Hilarion, «número dos» de la Iglesia Ortodoxa Rusa. No hay duda de que lo buscado era el encuentro, todavía no maduro, entre el «Papa de Roma» y el de Moscú. Larga entrevista, ya que el Papa llegó con más de veinte minutos de retraso a la Sala Clementina, ante «las delegaciones fraternas de las Iglesias, comunidades eclesiales y organismos ecuménicos internacionales, y los representantes de las religiones no cristianas».

Este fue el primer contacto oficial entre el nuevo Papa y estos representantes de religiones del mundo. Entre ellos, los responsables de las comunidades musulmanas italiana, búlgara y serbia. En la víspera, el Papa Francisco había conversado por cierto tiempo, en medio del desfile de delegaciones de gobierno, con el ministro de asuntos exteriores de la República Islámica de Irán. Deiceséis representantes de organizaciones judías italianas y mundiales estuvieron igualmente presente, lo mismo que muchos budistas. Sin olvidar al hermano Alois, prior de la comunidad de Taizé (Francia), y Enzo Bianchi, prior del monasterio de Bose (Italia).

Bartolomé al mismo nivel

Hay que notar el lugar singular concedido al Patriarca Bartolomé, sentado en un sillón idéntico al del Papa, a su derecha. En su elogiosa introducción, en italiano, el Patriarca identifica al Papa como «obispo primero de la Iglesia de Roma, que preside en la caridad». Después, insistirá sobre las opciones de sencillez hechas por el Papa Francisco, «opciones por lo esencial» par que «las Iglesias corrijan las tendencias mundiales a fin de que el hombre vuelva a la caridad».

Ateniéndose a su texto escrito, absteniéndose de todo anuncio particular, y expresándose también en italiano, el Papa Francisco se ha inscrito deliberadamente tras los pasos de su predecesor, indicando su voluntad de «continuar el Año de la Fe», evocando en repetidas ocasiones la herencia del Vaticano II, citando a Juan XXIII y elogiando el trabajo realizado por los Consejos Pontificios para la promoción de la unidad de los cristianos y para el diálogo interreligioso. Así, según el P. Lombardi, vocero de la Santa Sede, el Papa hacía una «reafirmación del compromiso de diálogo en todas las direcciones, tanto con otras Iglesias como con judíos, musulmanes y todos los hombres en busca de la bondad, la belleza y la verdad».

Hablando brevemente a los judíos presentes, entre ellos David Rosen, del Comité Judío Estadounidense, el Papa manifestó nuevamente su voluntad de continuar el diálogo, en la linea del Vaticano II. A los musulmanes, les repitió con fuerza, en dos ocasiones, la importancia de «la promoción de la amistad y del respeto entre hombres y mujeres, en la diversidad de nuestras tradiciones religiosas». Finalmente, el Papa concluyó con un llamado que ya se había oído en la boca de su predecesor: el rechazo de «una visión de la persona humana que la reduce a aquello que produce y consume». Porque «eso equivaldría a eliminar la trascendencia, eliminar a Dios del horizonte de la humanidad».



Fuente: La Croix, 20 de marzo de 2013.
Traducción de la Comisión Diocesana de Ecumenismo, Diócesis de Quilmes.